Rentabilidad de la ética para las empresas

Las grandes empresas son conscientes de la rentabilidad de la ética. Cada vez son más las compañías que toman en cuenta temas de carácter social y ambiental, sumándose a discursos que aportan un valor ético a la imagen de su corporación.

El modo en que los consumidores, y el público en general, percibe a las empresas influye significativamente en el resultado de las mismas. En la era de la tecnología y la comunicación, la publicidad ya no es suficiente para implantar la imagen de marca en el subconsciente colectivo, ahora es necesario articular mensajes que calen, además de en la mente, en el conciencia del receptor.

Rentabilidad de la ética. Cada vez son más las compañías que toman en cuenta temas de carácter social y ambiental, sumándose a discursos que aportan un valor ético a la imagen de su corporación.

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La sociedad está cambiando, la información permite que conozcamos la realidad más allá de nuestro barrio ya que la tecnología nos permite estar en contacto con cualquier rincón del planeta. Ser testigos globales nos permite conocer qué hacen las grandes marcas que llenan nuestro día a día. La invisibilidad de la deslocalización ha caído: somos conocedores de las violaciones de derechos humanos y atentados contra el medio ambiente que hacen algunos gigantes comerciales.

¿Existe una toma de conciencia real por parte de las empresas?

El hecho de que las compañías corran a sumarse a iniciativas sociales y ambientales, en muchas ocasiones, es puro pragmatismo. Si los intereses de las personas están cambiando y los impulsos de compra se relacionan, de forma inconsciente, con la empatía generada a través de la publicidad es necesario que la imagen mental de los consumidores esté alineada con sus valores.

El mejor modo que estas empresas descubren para realizar estas actividades es a través de las fundaciones.

No obstante, y por suerte, hay muchas empresas que ciertamente cuentan con una sólida conciencia y en las que el concepto ‘ética’ forma parte de su ADN. Es entonces cuando la rentabilidad de la ética se presenta como algo natural. La generación millenial, por ejemplo, está dando lugar a una nueva forma de pensar, de concebirse a sí mismos como individuos y de ver al otro. Es por ello que en muchas start-ups, algunas de ellas de éxito indudable, este carácter ético es un valor real y no una estrategia de márketing, o un simple lavado de cara.

En definitiva, se trata de empresas que cuentan en su base con una nueva forma de entender el mundo, en el que la ética es un activo real doble con la interiorizada premisa de que el compromiso colectivo se traduce en el beneficio personal.

No sólo las grandes empresas son las que tienen acceso a poder realizar acciones vinculadas a la RSC -Responsabilidad Social Corporativa- o a constituir una fundación para llevar a cabo actividades de interés social. Por eso nos ponemos a disposición de las entidades que lo necesiten para asesorarles en el camino que conduce a la constitución de una fundación.

Estamos a vuestra disposición en info@abogadodefundaciones.com.

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