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Fundaciones y vetebración del territorio

A menudo nos viene a la mente la imagen de las grandes fundaciones que, dependientes de multinacionales favorecen grandes proyectos que llenan minutos de televisión y páginas en los periódicos. Son fundaciones que parecen lejanas a los problemas del día a día, que se implican sólo en actividades de gran calado y pueblan sus noticias de términos como responsabilidad social corporativa, sostenibilidad o futuro.

Pero el tejido fundacional de nuestro país no es solo el formado por las fundaciones que vemos en los medios. En cada pequeña ciudad, pueblo o comarca hay una fundación, una asociación, que vela por la viabilidad de su zona, que exprime sus recursos para mantener viva la llama de una actividad que los hace únicos y que quieren preservar, o simplemente canalizar el esfuerzo de unos vecinos que quieren hacer de su hogar un sitio más habitable.

¿Y cómo lo consiguen? canalizando su actividad a través de una fundación, optimizado los recursos disponibles y dirigiéndolos a lo que de verdad importa, que es la ayuda al prójimo, el mantenimiento y difusión de una tradición o el fomento de la formación, la sanidad o el empleo, entre otras cosas.

Ejemplos tenemos muchos, como el de la fundación Annor que a través de una actividad lúdica como es el tiro con arco tradicional atrae a aventureros a zonas del pirineo para realizar excursiones que aúnan deporte, destreza y conocimiento del medio; la fundación La Armonica, que vela por los intereses de algo tan valenciano como las bandas de música. Son asociaciones y fundaciones creadas en pequeños núcleos de población y su actividad sirve para mantener tradiciones y fomentar la actividad en su tierra.

En cada pequeña ciudad, pueblo o comarca hay una fundación que vela por la viabilidad de su zona, que exprime sus recursos para mantener viva la llama de una actividad que los hace únicos y que quieren preservar.

Mañana día 3 de diciembre, coincidiendo con el día internacional de las personas con discapacidad, la Fundación Crisálida, situada en el pueblo oscense de Camporrélls, inaugura las tres viviendas que han levantado para acoger a personas con necesidades especiales. Esta fundación además realiza un sinfín de actividades a lo largo del año y destacan las labores de repostería y panadería que realizan los propios miembros de su fundación.

Iniciativas como ésta vertebran en territorio ya que crean puestos de trabajo, facilitan una vivienda digna a quién lo necesita -evitando desplazamientos inútiles o la despoblación de la zona- y fomentan la actividad de los vecinos.

Estas fundaciones son ejemplo de una actividad de interés social, bien gestionada y útil para su zona. Si desarrollas una actividad en tu pueblo, tu comarca o tu ciudad, no dudes en consultarnos sobre cómo poder constituir la fundación. Estaremos encantados de ayudarte.

(*) Fotografía tomada de la página de facebook de la fundación Crisálida.